Escoger el peinado para la boda es otro de los grandes dilemas de las novias. El pelo enmarca nuestro rostro y es el responsable de que nos veamos más o menos favorecidas, por eso elegir cómo vamos a peinarnos es de suma importancia. Debemos elegir un look que vaya en consonancia con nuestra personalidad y con el que una vez pasado el tiempo, sigamos sintiéndonos identificadas con el recogido que escogimos.
Puede que vayas a hacerte la prueba y lleves muchas imágenes con ideas o bien que no sepas por dónde empezar. La o el estilista que hayáis escogido deberá orientarte en base al estilo del vestido, tus gustos, tu tipo de pelo y la forma y características de tu rostro. Por eso es fundamental que te conozca, que sepa cuantos más detalles de la boda y de tus preferencias, mejor. Si llegas con muchas ideas, teniendo en cuenta estos aspectos, será fácil descartar algunas opciones y optar por otras.
Lo habitual es hacer una o dos pruebas, uno o dos meses antes para tener margen por si se deben realizar correcciones. Una imagen vale más que mil palabras y una cosa es imaginarte un recogido de ensueño y otra ver como le va a tu imagen.
Lo ideal es hacer coincidir la prueba del recogido, la del maquillaje y la del vestido. Si el profesional que te maquilla es el mismo que te peina, es más fácil, sino tendrás que hacer cuadrar la agenda entre todos ellos. Poder ver el total look, elimina miedos y te permite saber cómo irás el día de tu boda, sin sorpresas desagradables y con confianza. Y, además, si hay algún elemento con el que no te encuentras cómoda, tienes tiempo para cambiarlo y buscar una alternativa.
Para hacer la prueba es preferible que lleves alguna prenda que sea fácil de poner y quitar sin arruinar el peinado, como una camisa. También es importante llevar el pelo limpio, aunque no siempre es posible, háblalo con tu estilista para calcular el tiempo por si debes pasar por el lavacabezas. Normalmente una prueba de peinado dura entre una y dos horas, pero puede ser más si incluimos el maquillaje. Se previsora para ir tranquila y disfrutar de un momento único, aquel que te prepara para que el día de tu boda sea especial y brilles con luz propia.
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