Las novias, y las bodas, han cambiado mucho en los últimos años. Se han desprendido de ideas preconcebidas y esquemas limitantes y han aplicado de verdad el principio de que cada novia es única, algo que se refleja en cada detalle que se abre a miles de posibilidades. Así que, no demos nada por sabido porque todo está permitido.
En uno de los aspectos donde lo vemos es en la elección del calzado, abierto a miles de posibilidades estéticas y aceptándose opciones que hace años parecían inconcebibles. Tanto si la novia se viste de largo o no, los zapatos siguen considerándose un elemento muy simbólico e importante, por lo que se le sigue prestando cuidado y atención.
Como decíamos cada novia es única, pero también contamos con tendencias que nos orientan o nos sugieren, con una variedad de posibilidades cada vez más ricas.
La primera novedad es que desde hace unas temporadas, y en esta se mantiene, se han abierto a otros tonos más allá del clásico blanco o crudo, al nude, el rosa, el plata, el oro o incluso el rojo. Y está diversidad cromática ya nos señala que son un complemento protagonista que los hace destacar ya tan solo comienzan a despuntar por debajo del vestido.
La moda nupcial y la de fiesta se influyen mutuamente hasta confundirse, nada es exclusivo para una ocasión, bueno sí, porque incluso algunas firman nos ofrecen la opción de personalizar nuestros zapatos como es el caso de Salomé García. Para las que persiguen la comodidad sin renunciar a la sofisticación, plataformas y hormas especiales, como las de Chie Mihara, que ayudan a no renunciar a unos centímetros de más y a disfrutar de la fiesta.
Siguiendo esta premisa de que las bodas son una gran celebración, se añaden los motivos brillantes tan de moda y con acabados lujosos que convierten al calzado en una verdadera joya. Las sandalias son las que más atraen, en su versión stiletto o bien con un tacón fino medio que se ajusta al look y a las costumbres de cada novia.
Pero, además, bodas hay muchas, y las hay que se celebran en ambientes muy naturales donde el lujo está en la artesanía, en lo auténtico, y nada como unas espardeñas para novias de Castañer que combinan la tradición con la atmósfera especial que una celebración como esta requiere. Para aquellas novias que además no acostumbran a llevar tacones, se abren varias opciones como las sandalias de cuero planas o las mules.
Espero que os haya gustado esta propuesta de zapatos para novias, ¿con cuál de ellas caminarías tú hacia el altar a paso firme? 😉
